Tu equipo se está esforzando, pero aún los resultados no son visibles. Ten en cuenta estos factores y pruébalos para alcanzar un cambio de actitud en tus colaboradores.
Horas de más
Existen personas que trabajan 12 horas pero producen menos que quien hace ocho. Es importante transmitir el valor del trabajo en función de los resultados y no del tiempo dedicado.
Una Queja, cuatro orejas.
Hay personas que se quejan bastante, “los clientes son difíciles”, “ los de arriba no saben”. Se debe tener firmeza y proponer soluciones.
Creen saberlo todo
Para aquellas personas que creen haberlo visto todo en la empresa, o son pesimistas, se recomienda proponer un cambio en el enfoque para encontrar soluciones distintas. Propóngale un entrenamiento para aprender a manejar sus emociones, para que estas no afecten su productividad.
Priorizar tareas.
Algunas personas piensan para tener un día laboral tranquilo, hacer cosas que no son urgentes, por ejemplo ordenar archivos, en lugar de concertar una cita, un llamado a un nuevo cliente.Es fundamental planificar y dejar una lista de tareas semanalmente.
Planificar con plazos
No basta con la lista de tareas y asignar responsabilidades, es fundamental establecer plazos de vencimiento, y una estimación de tiempo que hay que dedicar, para alcanzar las metas.
Otros factores pueden ser: la incapacidad para delegar y el perfeccionismo.
Si no se delega, se termina recargando y atrasando las tareas, y quienes son perfeccionistas, demoran en la entrega, porque revisan infinidad de veces lo que hicieron. En ambos casos, es fundamental definir competencias y que cada persona se centro en lo suyo.
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