Hablemos de Hábitos: “un hábito es aquello que hacemos cuando no pensamos en lo que hacemos” dice el libro de O’connor y Lages. Cuando decides cambiar, los hábitos se vuelven poderosos y gigantes. Tienen mucha fuerza.
Para modificarlos son necesarios revisar tres aspectos:
1. Tomar consciencia de las “anclas” que sustentan el hábito
2. Crear un nuevo hábito que sustente el cambio
3. Crear nuevas anclas que sustenten ese cambio.
Para la Programación neurolingüística el anclaje es sinónimo de los estímulos que activa en nosotros una respuesta o estado emocional. Así como un barco tiene su ancla, las personas también pueden sentirse amarradas a una situación y no logran moverse de allí.
Historia de caso
Te cuento una historia. Romina quería cambiar de trabajo, pero cada vez que lo intentaba le venía a la mente: “lo cómoda que estoy en mi escritorio”, ‘las charlas con algunas colegas”, ‘la flexibilidad para pedir días libres”. Todas son percepciones buenas y sin embargo, no la estaban llevando al lugar donde quería estar. Esos estímulos auditivos, visuales, situacionales oficiaron de anclas que la mantenían aferrada a ese lugar.
Con Romina trabajamos con un ejercicio que consistió en listar todas las acciones que repetía cada día y hacerse preguntas ¿qué activa ese hábito?, ¿cómo te hace sentir?, ¿cómo reaccionan los demás frente a ese comportamiento?. Y fuimos descubriendo cómo diseñar un nuevo proceso de cambio, con nuevas percepciones y estímulos para poder sostener el cambio. Romina logró identificar sacar a la luz el iceberg de lo que no estaba pudiendo ver y en pocos meses cambió de situación laboral.
¿Qué hábito te está impidiendo crecer?
Te leo.
Ceci
Cecilia Marrero Coach 