Como especialista en comunicación organizacional algunos jefes de empresa me han preguntado cómo hago para que mi personal “se ponga la camiseta”.
Y luego de hacer un diagnóstico de la comunicación, surge que una de las causas, es la falta de predicar con el ejemplo. No basta con objetivos y una filosofía corporativa clara, la motivación, juega un papel primordial y a veces no es que los jefes no quieran hacerlo, sino que no saben cómo hacer que las personas se esfuercen, se impliquen y muestren interés en las tareas.
Existe un gran debate sobre quién debe motivar en la empresa. El líder debe motivar a su personal o el trabajador es quien debe automotivarse?. En todo caso, se cree que la motivación es una responsabilidad compartida. Y si los colaboradores están motivados y contentos, también lo estará el jefe.
Frederick Herzberg, entre otros, han demostrado después de años de experiencias que los factores económicos no son factores de motivación a largo plazo. Sin embargo, los factores emocionales como el desarrollo profesional, un trabajo interesante, aprender, el buen ambiente, conciliar vida profesional y personal, el reconocimiento, y que se tengan en cuenta las sugerencias, son en definitiva factores que inciden en la motivación.
Cuáles serían las habilidades para motivar?
Comunicar, dialogar. Planificar entrevistas personales y reuniones grupales. Comunicar con claridad, sin ambigüedades. Si queremos que se “pongan la camiseta”, explicar qué significa, qué es específicamente tenerla puesta, es dedicarle más horas, es hacer bien el trabajo, qué se necesita para hacerlo? Qué pretendemos de cada uno de los colaboradores. Por ejemplo, decir: Necesito que dediques un tiempo para revisar este proyecto. Necesitamos que este mes aumenten las ventas, qué ideas tienen para lograrlo?
Escuchar y Actuar. Parece fácil, pero requiere un entrenamiento especial. Rafael Echeverria, autor del libro Ontología del Lenguaje, dice que escuchar es Oír + Interpretar, escuchar no es un acto pasivo, sino activo pues cuando escuchamos estamos percibiendo intenciones, tonos de voz, gestos, etc; escuchar es en definitiva Percibir + Interpretar. Esa percepción para que sea efectiva debe desarmar los juicios que todo el tiempo estamos teniendo en la comunicación interpersonal. Esas conversaciones internas que nos hacen tomar acciones y decisiones muchas veces desacertadas. Cuando sacamos conclusiones antes que la persona termine la frase, cuando decimos internamente Ya sé lo que me viene a decir, otra vez lo mismo, etc. estamos oyendo nuestra propia voz, no estamos escuchando.
Para escuchar debemos estar atentos a cada palabra, a cada gesto, a cada silencio, averiguar qué necesita la persona, cuáles son sus dudas, sus ideas, sus miedos y sus motivaciones
Para entendernos necesitamos usar el recurso de los interrogantes, preguntas abiertas y cerradas que nos permiten indagar sobre las necesidades de las personas, ya sea formación, insumos, y todo lo que ayude a ser más productivos.
Indagar por indagar no ayuda, lo que significa que necesitaremos hacer cambios. Y si prometemos, hay que cumplir. Si quieres ser respetado y adquirir el compromiso de las personas hay que ser coherente y predicar con el ejemplo.
Agradecer. Recuerda que los factores emocionales son los más valorados por las personas para comprometerse, trabajar con ellas, animarles, reconocerles. Hacerles saber que nos importan, que estamos presentes y accesibles, a veces con un simple gesto como decir Gracias, un comentario en público, son maneras de felicitar.
Y siempre, Renovar nuestra propia motivación, para motivar a los demás, es necesario estar motivado, de lo contrario no podremos hacerlo. Preguntarnos por qué ha bajado el rendimiento y el interés, qué podemos hacer para retomarlo? Hoy puedes estar motivado y dentro de una semana no estarlo, así que es fundamental encontrar diferentes motivos y ser una fuente de inspiración.
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